El mundo de hoy y de siempre exige que el hombre piense en satisfacer las necesidades del cuerpo en su máxima expresión, lo que nos hace olvidar que tenemos un alma, que es la única que vivirá por siempre, mientras que el cuerpo desaparecerá. Se hace necesario cuestionarnos ¿cómo estamos desarrollando nuestra vida espiritual?
El Sonido del Silencio
domingo, 30 de enero de 2011
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